Niños esclavos para desayunar y merendar

Joachim, de 10 años, en su campamento de trabajo en Meayí (Costa de Marfil). Fuente: El País

Joachim, de 10 años, en su campamento de trabajo en Meayí (Costa de Marfil). Fuente: El País

Delicioso, cremoso y, en ocasiones, sensual. Así es como se define de manera habitual el chocolate, la debilidad más placentera de muchos. Algunos conocen su elaboración o, al menos, la han visto a través de una televisión, un periódico o escuchado en la radio. Los campos de cacao son invisibles en los medios de comunicación por “falta de interés”. Pero no todo se basa en un criterio de noticiabilidad.

En1998, UNICEF dio a conocer mediante un informe que las granjas de cacao establecidas en Costa de Marfil esclavizaban a niños procedentes de las familias más pobres del territorio. Los medios de comunicación tardaron bastante tiempo en hacerse eco de una realidad que parece no haber calado en la sociedad, de hecho, Channel 4 de la cadena de televisión británica BBC fue una de las pioneras. En el año 2000 este medio informó de que el 90% de las granjas utilizaban mano de obra esclava, revelación que suponía que cada uno de los 700.000 campesinos empleaba este método de explotación.

Los documentos que se fueron emitiendo provocaron reacciones tanto en las autoridades de la zona como en las de Mali, cuyo gobierno se justificó asegurando que “siempre se ha intentado recaudar dinero para repatriar y rehabilitar a los -aproximadamente- 15.000 niños de Mali que trabajan sin remuneración en las plantaciones de Costa de Marfil”. La polémica llegó a tal extremo que incluso la alianza de empresas de chocolate, “The Biscuit, Cake Chocolate and Confectionery Alliance” amenazó con la posible investigación a la cadena británica y puso en duda su rigurosidad periodística en un comunicado enviado a los distintos medios del país anglosajón.

“Estamos en un estado de guerra. No podemos hacer reales esas garantías” declaraba el responsable gubernamental de las cuestiones relativas al trabajo infantil en Costa de Marfil, Amouan Acquah a la BBC en 2007. De hecho, en el año 2001 debido a la peligrosa reputación que supondría que saliera a la luz el estado de los niños en las granjas, las empresas de chocolate firmaron una iniciativa para mejorar y supervisar las condiciones laborales de las plantaciones que se realizaría en 2005, plazo que no se cumplió.

En España han sido pocas las informaciones que los medios de comunicación han publicado al respecto a excepción de las investigaciones del periodista Xaquín López, los periódicos de gran tirada y algunos digitales como laopinión.es o tercerainformación.es. La empresa censura la información, no interesa el conflicto social en absoluto, prima la economía y, no muy alejada de ella la política, así lo considera la Comunidad Económica de Estados del África Occidental. Los medios
españoles se limitan a emitir noticias sobre este territorio siempre y cuando haya españoles allí residentes y una catástrofe suceda. También está presente la denominada “burbuja del cacao”, es decir, las informaciones de carácter económico en las que se habla sobre la producción y la oferta del mismo.

En una entrevista concedida a CNN el pasado junio el vicepresidente de Nestle, José López, aseguraba que su empresa trabajaría duro para parar la esclavitud en Costa de Marfil. Ante la insistencia del periodista, López indicaba que su empresa serviría de faro ejemplificador para las otras. La conexión se realizó después de que una investigación testificara que las cadenas de suministro Nestle violaban las condiciones de trabajo infantil en el territorio africano. A pesar de estas declaraciones son muchas las empresas de chocolate en las que se puede leer “trabajamos duro para que los niños recolectores tengan una infancia sana, feliz y formativa”.

Si la empresa es la que controla la realidad de los medios, el silencio se vuelve ruidoso.

Sara Monge

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